viernes, 10 de abril de 2020

Formar en la escritura académica.

En mi trabajo diario como profesora y bibliotecaria, suelo ofrecer talleres donde explico la metodología para trabajos escritos APA. Las nuevas generaciones adheridas al concepto de instantaneidad de busco, copio y pego tienen una concepción distinta a las generaciones de hace más de veinticinco años. Hoy ctrl+F, ctrl+C y ctrl+V sustituyen la tarea de lectura y re-escritura que los de las generaciones X y anteriores emplearon en la estructuración de párrafos extraídos de materiales impresos. En ese entonces, aunque se instruía en el uso de citas textuales y paráfrasis, así como en el asentamiento de las referencias consultadas, una práctica frecuente era la recolección de párrafos re-escritos de diferentes fuentes tal y como se encontraban. Los profesores podían, algunas veces detectar estas "malas" prácticas pero era difícil y, al menos al tener que leer y transcribir, los alumnos registraban actividad cognitiva para hilar esas oraciones y expresar las ideas. Aún cuando esta práctica es deficiente, puede decirse que permitía un modelo de escritura "copiada" del que podía extraerse con el tiempo, una voz propia por el simple trabajo de leer, pensar y escribir. Ahora la lectura y escritura han sido atomizadas al mínimo indispensable. La redacción se asemeja a buscar las piezas del rompecabezas y acomodarlas, al hacer una lectura rápida de las secciones donde aparecen las palabras clave buscadas, seleccionar, copiar y pegar omitiendo un paso fundamental, el pensar, silenciando con ello, esa voz personal que se achica en lugar de engrandecerse con la práctica de la escritura. Antes como ahora, el dar crédito a los autores a los que se consulta representa un asunto ético. Pero no sólo eso, pues ofrece la oportunidad de contrastar nuestras opiniones con aquellos autores que seleccionamos porque compartimos con ellos puntos de vista, o por el contrario, los consideramos opuestos a los nuestros. Hacer referencia a las obras consultadas permite distanciarnos de los otros, pero también acercarnos y descubrir esa voz que opina, piensa, discurre, contrasta, analiza, sintetiza, concluye y que hace aparecer ese yo, ese tú que cada uno debe descubrir y desarrollar.
Así, pensar que cada trabajo escrito requiere mostrar nuestra originalidad brinda una oportunidad de transformación personal que requiere compromiso con los demás, pero invariablemente, con uno mismo. La satisfacción de encontrar la voz, de aquel que en ese momento fuimos, no se esfuma con los años, por el contrario, le agrega un sabor adicional, el reconocimiento del esfuerzo personal que nos ha permitido ser quienes somos hoy.




miércoles, 23 de septiembre de 2015

¿Y usted si le entiende?

Hace dos semanas me ocurrió esta anécdota que narro a continuación. En misa dominical atendía al sermón que me había atrapado, el sacerdote mostraba tres perspectivas sobre los estudios de la presencia de Jesús. En cada una, el ministro de la palabra ofrecía explicaciones desde la historia, la filosofía y la fe. En determinado momento, justo en aquel en el que mi entendimiento se ensanchaba y una sonrisa de comprensión aparecía apenas esbozada, un anciano, compañero de banca, volteó hacía mí e incrédulo me preguntó: ¿y usted si le entiende? señalando con la mirada al padre que continuaba en su discurrir teológico de vivir en los hechos, en la obra. Sonriendo asentí con la cabeza, mientras él con extrañeza me miraba a mí y luego al de la palabra. Seguí escuchando pero el clic que había tenido se había disipado. Me quedé pensando en lo que había pasado y empecé a analizar el discurso que casi llegaba a su fin. Maestra al fin y al cabo, pasé a hacer la analogía del sermón con una cátedra de clase. Ahí estaban los alumnos, algunos atentos, otros distraídos, unos más intentando comprender como mi compañero. Noté entonces el léxico utilizado, no fácilmente asequible para todos los presentes, la estructura del discurso en un formato más adecuado para la academia que para un público heterogéneo, incluso algunos elementos en latín y conceptos teológicos    lo suficientemente difíciles de comprender en amplitud, incluso para quienes comprendían léxico o estructura o para quienes buscamos simplificar su significado y encontrar una comprensión general más no específica y que dejamos a los más versados en estos temas. Como profesores y emisores de un mensaje debemos atender las características y necesidades de los pupilos y moldear el contenido del mensaje en un formato asequible para todos. La información puede obtenerse por medios diversos, quién desea la puede obtener, siempre y cuando, tenga las habilidades para tomarla. El profesor forma en estas habilidades si ofrece al alumno oportunidades diversas guiándolo en su aprendizaje con el conocimiento alimentado por la interacción profesor-alumno a lo largo de cada actividad. El trabajo de análisis de la información y del pensamiento crítico requiere ejercitarse, la escucha activa para formar esquemas simplificados de la información en el pensamiento y su relación con el conocimiento previo no se dan con independencia del receptor. El profesor, por tanto, está obligado a dialogar más que a exponer los temas. Los maestros estamos llamados no sólo a dialogar con los alumnos sino a mostrarles como hacerlo con los contenidos y ellos mismos. No siempre se tendrá un interlocutor que se preocupe porque comprendamos o que, simplemente, no posee las competencias necesarias para transformar un mensaje en la forma más conveniente para nosotros.
Y todo esto por una simple pregunta, ¿y usted si le entiende?

domingo, 13 de septiembre de 2015

Trabajo infantil y aprendizaje

Hoy he retrocedido en el tiempo y me he encontrado con los recuerdos de infancia que fortalecieron mi actitud positiva hacia el trabajo. Cuando estaba en preescolar y hasta la secundaria, solía trabajar en el negocio familiar: una pequeña pero bien surtida papelería que se encontraba estratégicamente situada frente a una primaria y una secundaria. No recuerdo haber sido obligada a hacerlo, sino que ansiaba estar ahí y ayudar a mi papá cuando diez minutos antes de entrar a clases o a la hora de salida se formaba una multitud de niños y jóvenes, padres y madres para solicitar lápices, estampitas y mapas para las tareas. Me era divertido poner en práctica real las operaciones que acababa de aprender para sacar la cuenta, dar el cambio y recordar dónde estaría clasificada la estampita de Flores Magón en la caja de las biografías. Ahora que me dedico a la enseñanza, encuentro que mi entorno familiar me proporcionó elementos ricos de aprendizaje vivencial.  A continuación un recuento somero:

1) Sensibilización a las necesidades de los demás. Mi padre abría a las 6 am diariamente la papelería, incluso algunos domingos. Recuerdo preguntarle por qué ninguna otra papelería lo hacía y nosotros sí. Él me respondía, los clientes nos prefieren por eso, porque ofrecemos lo que los demás no están dispuestos a ofrecer, aunque sea una necesidad del cliente. Lo que vendíamos no era lo tradicional, papá buscaba artículos diferentes: loncheras de plástico armables, mapas tridimensionales, pósters educativos, muñequitas recortables de todos tamaños y colores. No había en su tiempo, papelería mejor surtida aunque pequeñita.
2) Atención y escucha activa. No era raro llegar y ver a los clientes conversando con papá, era bromista y dicharachero, conocía a cada cliente por su nombre y solía llamarlos con un apodo cariñoso como la güereja y chapurneca. Sabía cuando algo no andaba bien y solía aconsejar a las chicas cuando las había divisado noviando en el parque dándoles champú de autoestima. Atender al cliente era esencial, saludarlo y ofrecer alternativas cuando no teníamos lo que de inicio buscaban, anotábamos qué cosa estaban pidiendo para que a la próxima estuviera a la vista.
3) El orden era necesario para atender con rapidez, la mayoría de las compras eran al menudeo y de poco monto, 50 centavos, la estampita por ejemplo, y en la que te tardabas tiempo en buscar pero papá decía que era invertir en servicio aunque no ganara en capital. Era un cliente que permanecería leal y nos colocaría como primera opción ante cualquier necesidad, era un cliente que nos recomendaría.
4) Honestidad en precios y cuentas claras, eso era no negociable. Aprendí a hacer cálculo mental bajo presión. A ver Chiquis, 3 estampas, 2 paletas y 1 sacapuntas y paga con 20, dale la feria. Mi cabeza a mil por hora convertía precios a cuentas y daba el cambio, papá confirmaba y cuando veía errores solo me decía saca la cuenta en papel, revisa. Así que a escribirla. Al inicio no me dejaba usar calculadoras. Después para que aprendiera, me la daba para agilizar la venta.
5) Matemáticas aplicadas. No sólo en cuentas sino también en la colocación del precio de venta, papá me hacía ver costos de mercancía y estimar precios, algunas veces apenas sacábamos el costo, cuando preguntaba porqué no incrementar precio, papá decía su ese subsanaría con la venta en mayoreo. La utilidad no estaba sujeta a la usura, había que ser conscientes de lo que el cliente pudiera pagar, así como había otros productos en los que sí había mayor margen de ganancia como los plumones.
6) Clasificación alfabética y numérica. En ese entonces aún no había computadoras, sin embargo, aprendí sistemas de clasificación para biografías y numeración para mapas. Invariablemente, aprendí historia pues el currículum escolar se desbordaba y cuando solicitaban estampitas de cada niño héroe repasaba mis apuntes escolares por gusto y al leer cada biografía podía relacionar personajes, fechas y momentos históricos. Igual sucedía con geografía, ciencias naturales. El conocimiento escolar era necesario para ejecutar mi trabajo en la papelería. Cuando escuchaba noticieros empezaba a relacionar conocimientos y mi visión del mundo se ampliaba.
7) Aprendizaje vivencial. El 19 de sep de 1985 estaba a temprana hora en la papelería, papá y yo veíamos el noticiero. Ahí me tocó presenciar hace 30 años el temblor que cimbró a la capital, un evento que cambió para mí el rostro de ser mexicano, la palabra solidaridad y ciudadanía tuvieron significado.

Algunas veces se sataniza el trabajo infantil, sin embargo, el negocio familiar ofrece múltiples beneficios para el aprendizaje. No recuerdo haber pensado que se me explotara, o que no se me pagara, papá dejaba que tomara dinero de la caja cuando lo necesitara.  Este dinero es de la familia, decía.  El trabajar me hacía consciente de lo que implicaba ganarlo y que de ahí había que pagar a proveedores, gastos familiares, renta y todas las demás necesidades. Así que era consciente del costo de la vida.

Un modelo educativo o una estrategia didáctica que posea estas características puede, en muchos sentidos, ser clave para un aprendizaje significativo.





miércoles, 23 de julio de 2014

Reflexiones finales sobre curso-taller de flipped learning

Después de varias semanas de analizar la técnica didáctica Flipped Learning, gracias a la guía del profesor Ken Bauer, debo decir que lo he disfrutado por las siguientes razones:

a)  Tuve la oportunidad de analizar los elementos que lo distinguen de otras técnicas a razón de mi propia práctica.
b) Abre la puerta a compartir estas reflexiones con compañeros profesores de otras disciplinas del conocimiento.
c) Me da la confianza de compartir estas reflexiones en foros abiertos como en este blog, en forma de texto y video.
d) Me permito utilizar nuevas herramientas tecnológicas que puedo integrar a la currícula de mi curso.
e) El uso de video hangouts, Twitter, Facebook y el concepto de backchannel dentro del curso me abre la puerta a la exploración de otras posibilidades de enriquecer la clase.


Mis expectativas del curso se cumplieron y, algunas oportunidades de mejora que vi son:

1) Participar en sesiones sincrónicas en forma más activa, ya que por el horario se me dificultó participar.
2) Participación en grupos de discusión en plataforma, aunque leí la mayoría de los comentarios no me era posible por tiempos comentar en forma individual y lo hacía en general.
3) La flexibilidad de entregas y tiempos me pareció adecuada y la determinación de continuar con la plataforma abierta hasta diciembre es un acierto.
4) El hecho de compartirnos que existe una comunidad de educadores que constantemente comparte materiales e impresiones sobre flipped learning es un aliciente para continuar mejorando nuestra práctica.

Finalmente, considero que la vocación de ser un profesional educador que constantemente cuestiona su práctica, comparte e innova pensando en la mejora del aprendizaje de sus alumnos es una labor inacabada, pues siempre habrá formas distintas en las que podemos enseñar, tantas posibilidades que nos permiten trascender y seguir desarrollándonos como personas y como docentes.

Gracias profesor Ken y compañeros profesores por acompañarme en este camino de mejora. Espero poder compartir por este medio mis reflexiones ante la práctica de la enseñanza.


viernes, 11 de julio de 2014

La profesionalización del educador en el Flipped Learning

Toca ahora el turno de reflexionar en torno al cuarto pilar "Professional Educator" de Flipped Learning (Hamdan, McKnight, McKnight and Arfstrom, 2014).

Si revisamos las reflexiones en torno a los 3 pilares anteriores veremos que para lograr flexibilidad, cultura de aprendizaje y un contenido intencional es requisito una profesionalización del educador.
 
El papel del profesor es fundamental no sólo para dar soporte a estos tres pilares, sino que es el "ojo analítico" del proceso de aprendizaje (observa a los estudiantes y les provee de retroalimentación y evaluación en el momento adecuado) y toma los controles necesarios para ajustar actividades, contenidos, ambientes, participación, reflexión, motivación, instrucción, y todos los elementos que permitan a los alumnos el mayor provecho en una forma que aliente la mejora continua y el deseo de aprender. La labor del profesor tiene su símil en la mano que se ofrece para que se apoye en los primeros pasos, o quien sostiene la bicicleta a intérvalos para que aprendamos a andar en bicicleta solos y podamos escoger la vereda del conocimiento que más nos guste.

Por ello, el profesor debe no solo tener conocimiento de la disciplina que enseña, sino también las habilidades afectivas para dar soporte e inspirar a los alumnos a desarrollarse. El ambiente flexible requiere también que el profesor pueda manejar aspectos que "parezcan salirse fuera de su control" por lo que la tolerancia para aceptar situaciones fuera de su planeación es una habilidad importante. Al abrir su enseñanza, también hace partícipes a sus alumnos que ofrecen comentarios importantes para la mejora, el aceptar la crítica y valorar las opiniones de los alumnos es otra característica que un educador profesional debe valorar e incluso incentivar durante sus sesiones.
Si bien la evaluación del desempeño durante las actividades de clase es importante, también lo es que los profesores ayudemos a auto-evaluarse a los alumnos con preguntas metacognitivas que los lleven a reflexionar en su actuación y a las competencias que se espera desarrollen durante las actividades.
Llevar una bitácora en la que el profesor reflexione sobre su planeación, actuación y observación de las actividades permite tener claridad para tomar acciones correctivas y de mejora. Así como el profesor reflexiona en torno a su práctica, es importante que las comparta con otros profesores y escuche opiniones, otras prácticas que le permitan observar su tarea desde una nueva perspectiva.

Las tres preguntas que debemos hacernos en torno a este cuarto pilar son:

1) ¿Los alumnos, ya sea en forma individual, en grupos o en clase plenaria tienen mi retroalimentación en clase cuando la necesitan?
2) ¿Realizo evaluaciones formativas durante la clase mediante observaciones y registrando información que me sirve para adecuar la enseñanza?
3) ¿Colaboro y reflexiono con otros profesores y esto me permite hacer adecuaciones en mi práctica de la enseñanza?

Al reflexionar en estas tres preguntas considero que aunque estoy disponible frente a clase y proveo regularmente retroalimentación individual y en grupo, por el tiempo y número de alumnos (en grupos de más de 25 alumnos) se dificulta la retroalimentación individual.  Un mecanismo que he encontrado es hacer comentarios precisos en el momento de revisión de actividades en grupos pequeños y durante asesorías. También me ha servido llenar comentarios en una hoja de observaciones durante las actividades colaborativas donde voy reforzando el comportamiento positivo.
En cuanto a la colaboración con otros profesores, el establecer proyectos interdisciplinarios con otras materias ha permitido que compartamos experiencias. Así como en la participación en congresos y talleres donde exponemos las buenas prácticas y podemos tener comentarios distintos a los que normalmente nos haríamos en forma individual y con ello abrimos posibilidades de exploración y análisis desde otro ángulo de visión. También compartir herramientas y técnicas de motivación son elementos que permiten reinventarnos como educadores. La participación en comunidades o academias son básicas para este pilar. En lo personal, participo en la comunidad Library 2.0, Educause, Comunidad de Innovación y en los talleres como este que tomamos de Flipped Learning con el Profesor Ken Bauer durante este verano 2014.

jueves, 3 de julio de 2014

Contenido intencional, el tercer pilar del Flipped Learning

Las entradas anteriores de este Blog las he dedicado a reflexionar sobre los primeros dos pilares del Flipped Learning de los cuatro que, de acuerdo con Hamdan, McKnight, McKnight and Arfstrom (2014) son:

  • (F) Flexible environment - Flexibilidad en el ambiente de aprendizaje
  • (L) Learning culture - Cultura del aprendizaje
  • (I) Intentional content - Contenido intencional
  • (P) Professional Educador
El tercer pilar es el Contenido Intencional ¿a qué se refiere este pilar? Si hablamos de enseñanza-aprendizaje hemos de distinguir que quien enseña debe seleccionar los contenidos relevantes para sus alumnos. Esta selección estará en función del marco institucional en el que se desenvuelva el profesor, el grado académico, el contexto educativo, el programa académico oficial, entre muchas otras variables que son externas al profesor. Sin embargo, como profesional de la educación puede ponderar la secuenciación de contenidos, su alcance y profundidad, la forma en que desarrollará los contenidos tanto en su naturaleza conceptual como procedimental basada en su experiencia y en la evaluación del conocimiento previo de los alumnos imprimiéndole a todo ello su toque personal, esto es una intención educativa.  De ahí que, esta intención como sello del profesor es la que distingue la estructura de los contenidos en su curso y es lo que hace diferente el aprendizaje para cada alumno, si considera distintos caminos que, a partir de una estructura base, los que deseen puedan profundizar y quienes lo requieran puedan afianzar conocimientos previos, y aquellos que necesitan reforzar contenidos tengan actividades y/o apoyos adicionales.

Como vemos es un trabajo que requiere creatividad para balancear contenidos específicos dados por el profesor, contenidos explorados por los propios alumnos y compartidos en clase, contenidos diseñados por los alumnos en forma colaborativa mediante a actividades diseñadas intencional y creativamente por el profesor para que cada alumno se convierta en una agente activo de su aprendizaje y de la propia comunidad. Aquí bien cabe una reflexión, ¿cómo podemos re-educar a nuestros alumnos si provienen de escuelas en las que el aprendizaje es individual, competitivo y basado en la transmisión del conocimiento del profesor al alumno utilizando la enseñanza tradicional? Y aún más, cuando se utiliza la tecnología más como "entretenimiento" sin considerar una intención más alla que usar un nuevo medio para que se entretenga mientras se piensa que con ello aprende. La enseñanza va más allá del uso tecnológico sólo para variar el estímulo. La intención del profesor debe ser visible y palpable en cada actividad vinculándose con el objetivo central: ¿por qué y para qué aprendo estos contenidos? El acompañamiento en clase, el cuestionamiento constante hacia lo que se hace, por qué, cómo y para qué se realizan las actividades hacen relevante el llevar a los alumnos a otro nivel, al  ¿qué más puedo aprender? ¿y si...?  Esto es, a estimular el deseo de aprender por su cuenta.

En mi experiencia he ido experimentando en cada uno de mis cursos en la estructuración de contenidos. De esto he podido dejar constancia gracias a que he diseñado dos libros de texto: uno impreso (con CD-ROM y videos) y un eBook basado en multimedia e interactivo en dos volúmenes. Además, actualmente trabajo en un eBook más que está en proceso de diseño y que utilizaremos en agosto, este está basado en los contenidos de los nuevos planes de preparatoria de TI. Estos contenidos los hemos desarrollado en equipo colaborativo por seis profesores de distintos campus. La estructuración de estos materiales ha sido diferente pero, en todos ellos, hay una intención clara: en el primero es el aprendizaje procedimental basado en el hazlo tú mismo usando instrucciones generales, en el segundo es enseñar las tecnologías de información con una visión ética y humanística; el tercero, es sensibilizarse en el uso de la tecnología como un instrumento de comunicación y expresión explorando arte, diseño y creatividad. Así como estos materiales comparten contenidos similares la intención es diferente y su uso varía de acuerdo a la estructuración intencional de los contenidos por parte del profesor. No había reparado anteriormente en la importancia de volver la vista atrás y analizar estas intenciones, ahora que escribo estas líneas, recuerdo un concepto que revisé mientras estudiaba la maestría en tecnología educativa, investigación-acción, que se refiere al hecho de llevar bitácora y reflexión de nuestra actividad en clase para ajustar los niveles de enseñanza como un mecánico que escucha el ruido del motor, ajusta las tuercas y verifica el funcionamiento integral, en nuestro caso, de la clase, del aprendizaje de los alumnos, del ambiente de la clase, de la motivación que se respira.

Algunas preguntas que debemos responder en relación al Contenido Intencional son:

1) ¿Ofrezco, a mis alumnos la oportunidad de aprender por su cuenta, los conceptos en un orden prioritario que facilite su aprendizaje?
2) ¿Diseño, selecciono y evaluo contenido relevante, en formas distintas y en diferentes soportes (lectura, video, multimedia, casos, sitios web, redes sociales) en las que el contenido ofrezca diferentes lecturas de acuerdo con su conocimiento previo y, cuyas visiones personales del contenido puede ser compartido entre ellos para generar una apropiación personal del conocimiento?
3) ¿Realizo una diferenciación o secuenciación de los contenidos para que éste sea accesible y relevante a todos mis estudiantes?

Al revisar estas preguntas, creo que si he explorado y puesto en práctica cada uno de estos puntos. Sin embargo, ha sido en diferentes niveles quizá más en el punto 1 y 2 que en el 3, puesto que la relevancia depende del interés personal de los alumnos y de su compromiso con el aprendizaje. Regreso en este punto a la pregunta que inicialmente planteé, ¿cómo podemos re-educar a nuestros alumnos si provienen de escuelas en las que el aprendizaje es individual, competitivo y basado en la transmisión del conocimiento del profesor al alumno utilizando la enseñanza tradicional? Algunos alumnos vienen a clase con la expectativa de que estarán sentados recibiendo estimulos auditivos y visuales y se limitarán a tomar notas (y más adelante a solo tomar fotos) y, cuando se dan cuenta que deben reunirse en equipo, colaborar y utilizar su tecnología (BYOD) para investigar, compartir, responder preguntas y todo lo que ímplica ser un agente activo de su aprendizaje se sienten como fuera de foco y suelen "perderse". Poco a poco, se van dando cuenta que esta es la forma en la que se trabaja, pero no se desarrollan todos en el mismo nivel,  por lo que es necesario hacerles ver mediante actividades metacognitivas que reflexionen en su papel como alumnos y de la responsabilidad que tienen de su aprendizaje. Pero más que responsabilidad, del derecho que tienen a diseñarse, formarse, recrearse en la medida de sus intereses, esto es, de la libertad para SER ellos mismos. Libertad que ha sido coartada, como muchos podemos pensar, por la propia educación en la familia, en la escuela y en la misma sociedad (les recomiendo esta película).


Hamdan, N., McKnight, P., McKnight, E. and Arfstrom, K. (2013). A Review of Flipped Learning. Flipped Learning Network. Retrieved from: http://www.flippedlearning.org/cms/lib07/VA01923112/Centricity/Domain/41/LitReview_FlippedLearning.pdf

jueves, 26 de junio de 2014

Cultura del aprendizaje en Flipped Learning

 Los cuatro pilares del Flipped Learning de acuerdo con Hamdan, McKnight, McKnight and Arfstrom (2014) son:
  • (F) Flexible environment - Flexibilidad en el ambiente de aprendizaje
  • (L) Learning culture - Cultura del aprendizaje
  • (I) Intentional content - Contenido intencional
  • (P) Professional Educator
En la entrada anterior hablamos sobre el primer pilar Flexibilidad en Flipped Learning, toca el turno ahora hablar del segundo pilar que es el cambio en la cultura del aprendizaje, ya que en la concepción tradicional el aprendizaje está centrado en la figura del profesor quien es la fuente de información principal. Sin embargo, en el aprendizaje de aula invertida, el alumno es el foco del aprendizaje. El profesor le brinda actividades significativas en las que pueda investigar y profundizar en los temas evaluando información obtenida por distintas fuentes y lo ayuda a desarrollar habilidades en el manejo de la información (information literacy). El profesor deja de dictar lecciones y, en su lugar, planifica actividades en las que el alumno busque, seleccione, estructure y presente en una forma significativa para él el conocimiento. Mientras que los alumnos trabajan, colaboran, comparten y llegan a acuerdos en como presentar la comprensión del tema o el resultado de la práctica, el profesor asiste en las dudas, clarifica instrucciones, redirige, enfoca, cuestiona y motiva a los alumnos a que se enfrenten a los contenidos en formas no tradicionales. Aquí lo importante es cómo los alumnos construyen y dan significado a la información y cómo la relacionan con sus conocimientos previos.
 
El aula cambia en su disposición debido a este cambio en la cultura del aprendizaje. Los alumnos aprenden a colaborar, respetar opiniones y valoran las habilidades de cada uno.
Algunos retos a los que el profesor tradicional suele enfrentarse en este cambio cultural son: reconocer que él es parte de un contexto, puesto que los alumnos aprenden por múltiples fuentes de información; valorar las opiniones de sus alumnos; aprender que también aprende de sus alumnos; aprovechar el momento de interacción en el aula para contactarse persona a persona para asesorar y dar retroalimentación de acuerdo con la observación y valoración respecto al aprendizaje de los alumnos; ofrecer actividades diferenciadas de acuerdo con el nivel individual de los alumnos.

El alumno al ser el centro del aprendizaje también tiene retos como: prepararse con la información previa (video, lectura, análisis) solicitada por el profesor para que al llegar a la sesión de clases pueda enfocarse al manejo práctico de la información teórica y pueda preguntar dudas con respecto a los contenidos, valorar y contrastar las opiniones de sus compañeros y a ser un elemento activo al enfocarse a las actividades de clase.

Los retos a los que se enfrentan las Instituciones Educativas para integrar este tipo aprendizaje son: tolerancia al nivel de ruido generado por las actividades colaborativas en el aula y a los cambios en la
disposición de mobiliario para facilitar la colaboración entre los alumnos. También a las dudas que pueden surgir entre los padres de familia porque sienten que sus hijos se distraen con facilidad y por la concepción tradicional de que el aprendizaje debe ser individualizado y competitivo.

El uso de tecnologías en el aula implica inversión en infraestructura para soportar conexiones continuas a Internet, ancho de banda suficiente para ver videos, acceder a bibliotecas digitales con información válida y confiable. Para los padres, también implica una inversión para contar con conexión de Internet y dispositivos móviles actualizados para sus hijos. El profesor es el mediador entre estos públicos por lo que en sus actividades debe considerar el acceso de sus alumnos al tipo de tecnología tanto desde sus hogares como desde las escuela. Adicionalmente, el profesor debe generar actividades creativas en las que orqueste el uso de materiales físicos, abstractos y tecnológicos considerando que el cambio de materiales y ambientes motiva a los alumnos hacia el aprendizaje. En estos últimos años, la tecnología en plataformas educativas ha integrado el concepto de flipped learning como lo argumenta Wallace (2014) quien en su análisis identifica que los profesores han adoptado esta metodología más que por políticas de las instituciones por la efectividad con que la han integrado en sus clases. Por ejemplo, la plataforma Edmodo que más de 100,000 profesores del área de idiomas y arte la han seleccionado por sus bondades para el flipped learning.

Un punto especial que el profesor debe considerar es: ¿Qué motiva a los alumnos? ¿Cómo se pueden atender los intereses de cada uno de ellos y, al mismo tiempo cumplir con lo que indica la currícula? La interacción con los alumnos da pauta al profesor para reconocer los intereses y motivaciones de los alumnos y ver cómo puede alinear sus intereses al currículum o viceversa.

 La comunicación y la reflexión en torno a las actitudes, dudas y comportamientos de los alumnos mientras realizan las actividades son el semáforo que le dictan si avanza, se detiene o lo previene para cambiar los estímulos de aprendizaje. En este sentido, la agudeza del profesor en conjunto con su vocación le dan la visión de un artista al moldear el camino formativo por el que desea que sus alumnos transiten al conocimiento.

Finalmente, como profesora he reflexionado en estas preguntas:

a) ¿Ofrezco a mis alumnos actividades significativas sin ser el centro de atención?
b) ¿Proporciono estas actividades de tal forma que todos los alumnos tengan acceso y permita diferenciar y retroalimentar a cada uno?

En general, pienso que las dos preguntas puedo responderlas con un sí. En mis clases, trato de planearlas en torno a actividades significativas en las que los alumnos trabajen en forma colaborativa. Algunas veces me he encontrado con que algunos de ellos me dicen "maestra me hace pensar..." y esto es un aliciente de que voy en el camino correcto. En algunas otras ocasiones, me dan referencias adicionales que comparten con sus compañeros y esto es valorado por todos, en especial por mí pues demuestran que encontraron motivante e interesante el tema y lo ampliaron. En cuanto al acceso y diferenciación proporciono elementos de apoyo que les permitan comprender el tema: lecturas, videos, incluso caricaturas para hacerlo más accesible y escalarlo en forma sencilla. Además cuando son problemas por resolver trato de iniciar con uno o dos sencillos e ir incorporando elementos hasta llegar al nivel deseado. En el caso de proyectos, suelo preguntarles sus temas de interés para enfocarlos en las temáticas que más les llamen la atención, sin embargo, a veces esta selección no la hacen en función de su interés sino a la facilidad de encontrar la información, así que es importante hacerles ver que lo importante no es el resultado final sino el proceso en sí.


Hamdan, N., McKnight, P., McKnight, E. and Arfstrom, K. (2013). A Review of Flipped Learning. Flipped Learning Network. Retrieved from: http://www.flippedlearning.org/cms/lib07/VA01923112/Centricity/Domain/41/LitReview_FlippedLearning.pdf

Wallace, A. (2014) Social learning platforms and the flipped classroom. International Journal of Information and Education Technology, 4(4), 293-296. doi:http://dx.doi.org/10.7763/IJIET.2014.V4.416